Creo que este libro se ha hecho más conocido por la campaña de mecenazgo que Cory Doctorow ha llevado a cabo para costear la producción del audiolibro, esquivando el monopolio de Audible. Tras leer The Lost Cause, he de admitir que siento cierta fatiga del buenrollismo del autor, que ojalá tuviera razón en sus extrapolaciones optimistas del futuro.
The Lost Cause está situado treinta años en el futuro, en la ciudad de Burbank, como ejemplo de lugar donde se ha llegado a un acuerdo sobre la lucha contra el cambio climático y otros temas de calado social, pero donde un recalcitrante sector de la población continúa con sus ideas reaccionarias. Lo más terrible de la extrapolación que nos ofrece el autor es que ese sector que reclama su modo de vida actual seremos nosotros en un futuro (salvando las distancias en cuanto a posesión de armas y proyectos terroristas). Se dice que conforme se va acomodando la población tiende a tener una visión más conservadora y Doctorow nos muestra este conflicto intergeneracional en toda su crudeza.
La lucha contra el cambio climático provoca oleadas de refugiados que huyen de zonas catastróficas bien por los incendios, las inundaciones o un conjunto de variados factores. Mientras que los más jóvenes de las ciudades que aún pueden recibir población se organizan para estas acciones humanitarias, la vieja guardia ve peligrar su modo de vida y está dispuesta a todo con tal de seguir embarcados en su bote salvavidas mientras los demás perecen ahogados.
Cory Doctorow no es nada sutil en su planteamiento, incluso se podría decir que está adoctrinando a la audiencia. Creo que se encuentra en las antípodas del pensamiento de Neal Stephenson, por ejemplo, enfrentando el individualismo exacerbado de los protagonistas del creador de Snowcrash con el cooperativismo del canadiense. Y a veces este optimismo tan exagerado cambia, porque es muy difícil admitir que se pueda conseguir el cambio y la revolución de un sistema solo a base de desobediencia civil.
El libro, por otro lado, tiene cierto toque juvenil que no me convence del todo tampoco. El protagonista es un joven de 19 años que recibe en herencia la casa de su abuelo que le crió pero con el que tuvo sus más y sus menos precisamente por estas ideas políticas enfrentadas. Teniendo todo a favor para mantener una actitud inmovilista, se decanta por el activismo para ayudar a los demás. Ojalá todos fuéramos así, pero es difícil de creer, la verdad.
Creo que The Lost Cause es un ejercicio bienintencionado de proyección futura, pero también creo que se queda bastante corto y resulta poco realista.