Las últimas experiencias con la literatura juvenil de Brandon Sanderson no habían sido muy prometedoras, pero lo cierto es que lo entretenido que es leer sus libros hace que se pasen por alto defectos que quizá a otro autor no se le perdonarían.
The rithmatist, traducido al castellano como El rithmatista, parte de las premisas más habituales para una novela orientada a un público joven. Pasemos lista:
- El protagonista Joel es un adolescente incomprendido con traumas del pasado.
- Estudia en una escuela de magia.
- Tiene una compañera que hace de contrapunto en sus aventuras.
- Resuelve misterios insondables para el resto de la humanidad casi sin despeinarse.
Podríamos seguir pero, afortunadamente, el hecho de que Sanderson utilice mimbres ya conocidos no resta fuerza a la novela. La originalidad que le falta en este punto se compensa sobradamente por el punto fuerte del autor norteamericano : los sistemas de magia.
El propio Sanderson afirma que no desea que se le conozca como “el autor de los sistemas de magia”, pero es indudable que su fértil imaginación hace que esa sea una de sus características más destacadas. En The Rithmatist, desarrolla unas leyes muy visuales apoyándose en el aspecto gráfico del libro e incluso deslizando en la narración conceptos geométricos. Cualquiera que lo lea podrá garabatear los signos en los que se sustenta la magia y parte del mérito del mormón es conseguir hacerlo divertido.
Esta característica visual también dota de gran viveza a las escenas de acción. Un duelo entre dos personas que dibujan con tiza en el suelo no parece muy emocionante, pero la narración de Brandon Sanderson consigue que el lector esté en tensión en todos los enfrentamientos de los que somos testigos durante la lectura.
Otro aspecto que destaca claramente es el universo en el que está situado. Fuera del Cosmere que engloba la mayor parte de sus obras, tiene las manos libres para experimentar con el mundo. Y vaya si lo hace. Los Estados Unidos son las Islas Unidas, Europa fue conquistada por asiáticos… Estos son detalles engañosamente simples, que seguramente se desarrollarán más en las siguientes entregas, pero que dan un trasfondo muy llamativo a los libros. Casi me provocan más curiosidad que el propio sistema mágico. Y todo esto, sin olvidar los trazos de lo que podría llamarse clockworkpunk que nos vamos encontrando durante la lectura.
En cuanto a los personajes, los dos protagonistas, Joel y Melody, forman un tándem muy equilibrado. Tan equilibrado, de hecho, que a veces dudo de si el título del libro va sobre Joel, que tiene más protagonismo, o la propia Melody. Los personajes adultos, por contraste, no están tan bien definidos. Son un poco arquetípicos, si me permitís esa expresión, aunque esto no es obstáculo para disfrutar de la lectura.
La tensión de la trama va in crescendo hasta llegar a un final que me parece un poco anticlimático, pero que deja abierta la puerta (¿cómo no?) a unas continuaciones que por lo menos yo tengo intención de leer.
Pues yo todavía no sé qué hacer con esta saga. De momento la he dejado pasar porque las novelas más juveniles que he leído de Sanderson no me han terminado de llenar, y por otro lado porque tengo miedo de saturarme de tanto Sanderson (sobre todo con lo dado que es a repetir esquemas y e incluso tramas). Después de tu reseña, a lo mejor le doy una oportunidad.
Creo que sabiendo que es una novela marcadamente juvenil se puede disfrutar más que si la lees sin saberlo. Dale una oportunidad.
Me encanta que esté a 0,99€ en ingles para el kindle. Ya podrían aprender el resto, que ahorrarme 2€ respecto al precio impresio por la versión electrónica siempre me ha parecido vergonzoso.
Eso, cuando te ahorras. En ocasiones, sale más barato el libro físico que el ebook, algo totalmente incomprensible.