Me ha fascinado esta novela de ciencia ficción de futuro cercano, una mezcla apasionante de thriller, investigación periodística y especulación científica que se disfruta de principio a fin y que viene a hacer mucho ruido en el panorama de género.
El protagonista de la novela es Jamie Vega, un periodista con una característica especial, es un insomne. Esta hiperinsomnia es una enfermedad que se fue extendiendo por el mundo de la que se conoce poco, una pandemia que hace pocos años se estabilizó y ya no se sigue expandiendo. Las características de la enfermedad es que los afectados no pueden dormir, pero tampoco lo necesitan, por que ni sus cuerpos ni sus mentes requieren este reposo para recuperarse. Lo que en un principio provocó el rechazo del resto de la sociedad, ahora es buscado como una ventaja competitiva, ya que permite trabajar más, ganar más dinero y en definitiva, aprovechar mejor el tiempo.
La novela explora las implicaciones que tendría este cambio tan sustancial en la sociedad humana, pero a la vez enlaza esta especulación con la investigación de un suicidio o asesinato de gran repercusión mediática, con lo que consigue mantener en todo momento un ritmo muy alto. En este sentido, la narración de Joel de la Fuente es extraordinaria, consigue que te pongas en la piel de Jamie y en ningún momento notas la presencia de infodumps, a pesar de que se hace bastante hincapié en los aspectos biológicos y en las posibles consecuencias de esta hiperinsomnia.
También me parece todo un acierto que la narración esté en su mayoría situada en Nueva York, que se transforma, literalmente, en la ciudad que nunca duerme. Las posibilidades son infinitas y solo vemos la punta del iceberg, pero si las personas dispusieran de 8 horas más diarias para sus aficiones, su trabajo o lo que sea, la economía daría un vuelco, sin lugar a dudas.
Hay que tener en cuenta que Manibo no descuida en ningún momento la parte de thriller de la novela y algunas de estas escenas resultan ser cuando menos rocambolescas. Tampoco se puede negar que los malos son malísimos, un poquito más de escala de grises no hubiera estado de más para terminar de redondear una novela que a mí al menos me ha encantado, y que vuelve a poner a Erewhon Books como una de esas editoriales de las que no perderse ni un solo lanzamiento.
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