No es que esperara mucho de The Warrior Within, porque otros lectores ya me habían puesto sobre aviso, pero es que la obra de Angus McIntyre me ha parecido bastante floja. Veamos por qué.
No es que la idea de que un personaje pueda tener varias personalidades para echar mano de la que le venga mejor en cada situación sea excesivamente novedosa. Sin ir más lejos, Stephen Leeds encarna esta posibilidad de una forma mucho más interesante. Pero enfocándola desde otro punto de vista podría haber llegado a resultar interesante, si por ejemplo el escenario hubiera acompañado.
Una ciudad móvil que avanza por el desierto en caravana con otras ciudades podría ser un lugar interesante para desarrollar una historia, aunque de nuevo no sería excesivamente original, ya que hemos visto ciudades móviles en la excelente El Mundo Invertido de Christopher Priest o como recurso para colonizar Mercurio en 2312 de Kim Stanley Robinson.
Por desgracia, si ni los personajes ni el escenario se aprovechan, poco espacio de maniobra le queda al autor para captar nuestra atención. The Warrior Within, es una road-movie (guiño guiño, codazo codazo) donde capta más al lector el vehículo que se utiliza que lo que se cuenta, pero de una forma muy marginal. Los personajes anda como pollos sin cabeza de un sitio a otro sin una idea clara, el sistema de creencias es directamente ridículo y en ningún momento conseguimos empatizar con el protagonista. Si a esto añadimos que pierde el conocimiento con cierta asiduidad, vemos unos huecos en la estructura de la novela corta que hacen que no puede mantenerse por sí misma.
Me gustaría encontrarle algún punto positivo además del tratamiento de las inteligencias-colmena como punto de partida para la trascendencia pero se trata tan tangencialmente que parece un añadido de última hora. No puedo recomendar su lectura.