Solo alguien como Terry Pratchett podría permitirse escribir un libro sobre excrementos y salir indemne.
De manera similar a como hizo Cat Valente con sus historias sobre Fairyland, Pratchett toma una mención que hace en su novela Snuff, y la expande hasta crear este pequeño cuento para niños.
Supongo que el principal público al que va dirigido son los niños pequeños, que sin duda se reirán a carcajadas con el humor escatológico que emiten todas las páginas del libro, pero yo sinceramente esperaba algo más.
Y es que las referencias a Ankh-Morporck son mínimas, y todo el libro gira alrededor de los distintos tipos de deposiciones que el pequeño protagonista puede llegar a coleccionar.
The world of Poo es poco más que un pasatiempo que se lee en una sentada y que no dejará marca en nosotros.