Esta estupenda novela corta de Rebecca Roanhorse me ha durado nada y menos ya que a su ajustada longitud se han unido también un ritmo muy bien llevado y un narrador de audiolibro excepcional, Dion Graham.
Tread of Angels se desarrolla en la ciudad de Goetia en el año 1883 con un aire de western que le viene como anillo al dedo. Allí se explota una mina de la que no se obtiene oro, si no Divinity, un material de origen mágico imprescindible para la tecnología. Lo curioso es que este material sólo lo pueden detectar los Caídos, los descendientes de los perdedores de las guerras entre ángeles y demonios. Los Caídos son por tanto parias de la sociedad, pero los Justos deben tolerarlos para aprovecharse de sus cualidades. La autora no deja títere con cabeza respecto a la hipocresía de aquellos que se creen mejores simplemente por ser hijos de quien son, cuando en realidad ocultan en su corazón podredumbre y maldad.
El relato nos cuenta cómo dos hermanas con sangre de Caídos se separan en su infancia y una crece como Justa mientras que la otra es criada como Caída. Las diferencias entre ambas son patentes, pero aun así se espera que el cariño entre ambas les ayudará a superar las adversidades. Muriel, la hermana Caída, es acusada del asesinato de un Justo y no tiene opción de juicio justo, ya que estos casos se rigen por otro tipo de ley. Celeste, su hermana, deberá ejercer como abogada del diablo para esclarecer los hechos.
Me ha parecido que Roanhorse hace una estupenda labor de construcción de mundo con las pocas páginas de las que disponía y también consigue mantener la tensión en todo momento, de forma que el lector ansía seguir pasando las páginas para conocer el desenlace de la historia. La labor del narrador del audiolibro Dion Graham, se mezcla de una forma fantástica con el texto, logrando una inmersión total por parte del oyente. Incluso las partes que a priori podrían parecer más complicadas, como la relación de Celeste con Abraxas y la pasión que los une está contada de una manera espectacular.
Me gusta especialmente la labor de crítica que la autora lleva a cabo sobre la corrupción que anida en el seno de una sociedad supuestamente angelical, con unos miembros que no dudan en dar rienda suelta a sus bajas pasiones y que no se podrían definir como Justos por muy laxas que fueran nuestras reglas. En definitiva, una novela corta estupenda, de lo mejor del año. Espero que no pase desapercibida.