No sabía bien cómo comenzar esta reseña. No me parecía justo empezar advirtiendo de la complejidad intrínseca de esta novela, de sus comienzos extraños y algo titubeantes que posteriormente se transforman en un ritmo cautivador, porque quizá desanimaría a leerla.
Pero siendo sinceros, Vita Nostra no es una novela para todo el mundo. Es exigente y no explica muchas cosas, que quedan al mejor entendimiento del lector. Resulta que a mí eso me gusta, de forma que intentaré convenceros de que merece la pena hacerse con un ejemplar.
El comienzo ya es de por sí inquietante. En unas vacaciones en la playa, Sasha, una estudiante ejemplar, se encuentra con un desconocido que le encomienda una tarea. Nunca le pedirá lo imposible, pero mientras la protagonista no cumpla sus peticiones, Sasha no podrá salir del bucle temporal en el que se encuentra. Y si falla alguna vez, las consecuencias pueden ser terribles para sus seres queridos. Todo son pruebas de reclutamiento para una escuela muy especial.
¿Una escuela muy especial? Quizá estéis pensando en Hogwarts o en los libros de Lev Grossman pero las similitudes son mínimas. La diferencia con la obra de JK Rowling es más acusada que con la saga The Magicians, pero los autores ucranianos Sergey y Marina Dyachenko escogen un camino divergente, interesante y oscuro, muy oscuro.
Ese tono ominoso preside toda la novela. La palanca que se utiliza para que los estudiantes avancen y se impliquen en su desarrollo es el miedo. Un miedo visceral, casi inexplicable. Cada fallo tiene una consecuencia, que en ocasiones puede resultar mortal. Durante el desarrollo de la historia el ambiente opresivo crea una atmósfera irrespirable para los alumnos, que comienzan a mostrar secuelas físicas y psicológicas.
Mención aparte merecen las disciplinas que forman parte del currículo formativo de la escuela de Torpa. Specialty, la primera asignatura con la que se enfrentarán Sasha y sus compañeros, consiste en leer y memorizar párrafos escritos en un idioma incomprensible. El profesor es inflexible en sus asignaciones de tareas y ya sabemos que las consecuencias de los fallos son temibles. Las demás asignaturas “especiales” también resultan muy curiosas, pero como no quiero revelar nada, os dejaré que las descubráis vosotros mismos.
Con el transcurso de los años, la relación de Sasha con su familia se ve afectada inevitablemente por su proceso de aprendizaje, alejándose cada vez más de su madre. Esta parte es la que me parece menos creíble en la obra, ya que pienso que un progenitor no dejaría marchar con tanta facilidad a su única hija a un lugar desconocido, por mucho que tenga otros asuntos entre manos.
Las descripciones de los procesos por los que pasan los alumnos de la escuela de Torpa resultan de lo más atrayente y a la vez de lo más repulsivo de la narración. El nombre de la novela en cirílico es Меtаморфозы, así que no creo que sea ningún spoiler revelar que estos cambios serán determinantes en el aspecto físico. Algunas veces me resultaba difícil leer estos párrafos, pero no por la labor del autor si no por mi propia resistencia a ser testigo de semejantes transformaciones.
El lenguaje es fundamental en Vita Nostra. Del mismo modo que los libros de texto son una maraña de signos indescifrables a los que poco a poco se intenta dar sentido, los progresos en los estudios provocarán cambios en la misma estructura del lenguaje. Por esta causa, el libro toma un aspecto experimental que le da una profunda originalidad. En el mismo sentido que otros relatos juegan con el lenguaje (recuerdo algunas historias de Yoon Ha Lee), Vita Nostra utiliza el poder de las palabras para modificar la realidad, para dotarla de significado. ¿Conforman las palabras la realidad cambiando su estructura o es la realidad la que moldea las palabras?
Existe una fantasía que no precisa de espadas para luchar. Una magia que no se basa en conjuros ni pociones. Si andas buscando algo diferente, aquí lo encontrarás.
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