La ciencia ficción china parece que ha llegado para quedarse, tanto en el panorama anglosajón como en las traducciones al español. Yo leí Waste Tide en inglés, pero está publicada en España con traducción de David Tejera.
Chen Qiufan nos ofrece una obra que da pie a la reflexión, exponiendo con bastante crudeza una situación que es real: la contaminación ha llegado a tales niveles que ya no sabemos si será posible volver atrás. La acción está situada mayoritariamente en una auténtica “isla de basura” Silicon Isle, donde varios clanes controlan la riqueza que se obtiene del reciclaje de los desechos de los países “civilizados”. Pero esta novela es más que eso.
Aunque se puede considerar a Mimi la protagonista de la novela, esta inmigrante que trabaja en el reciclaje está acompañada de un elenco de personajes bastante variopinto y bien definido. Desde el extranjero supuestamente bienintencionado que pretende ayudar con la gestión de los residuos a su intérprete que vuelve a su hogar tras completar los estudios, pasando por los miembros de los distintos clanes anteriormente mencionados, todos están bien definidos y ayudan al desarrollo de las ideas del autor.
Waste Tide es una historia de violencia, entendida como la posibilidad de forzar a otros seres humanos a realizar nuestra voluntad mediante la coacción. Pero también es una historia de esperanza, de lucha contra la desigualdad de clases y de reconciliación con el pasado.
Me llaman la atención algunas de las ideas científicas que el autor utilizar para transmitir su mensaje, como la creación de una zona de transmisión lenta de datos como represalia por una insubordinación o la especulación sobre la posibilidad de crear tantos cambios fisicos a un ritmo tan acelerado que las relaciones humanas cambian para adaptarse a estas modificaciones.
Una cosa que no me ha gustado tanto, o no me ha convencido al menos, son los episodios casi místicos que de vez en cuando aparecen en la narración. Para ser una novela de rabiosa actualidad, me da la impresión de que estos incisos le restan credibilidad a la historia e incluso interrumpen un ritmo que por otra parte estaba bien llevado. Estos cortes no ayudan al tono del libro.
Un detalle que de forma elegante y sutil nos da una idea del racismo embebido en la sociedad china es que un gran problema prácticamente insoslayable para un miembro de los clanes locales sea su incapacidad para hablar en algo que no sea el dialecto más común de la clase baja.
Waste Tide es un ejemplo más de que la ciencia ficción china tiene mucho que ofrecernos. Yo al menos pienso seguir atenta a lo que se vaya publicando.