Hace unos meses Bradley Beaulieu publicó un relato de Çeda en su juventud para apaciguar la necesidad que los seguidores de su nueva saga de Sharakhai teníamos de nuevas historias, después de disfrutar de Twelve Kings. Pero me temo que lo que consiguió es hacernos esperar aún con más ansia With Blood Upon the Sand.
Es importante precisar que With Blood Upon the Sand no es una lectura fácil. El ritmo de la narración es muy lento en arrancar y la prosa sosegada y muy trabajada del autor tampoco hace fácil entrar en la historia.
Una vez soslayado este problema, algo que advierto desde un principio que no es fácil, nos encontraremos inmersos en una historia alambicada y compleja. Existen muchos puntos de vista y tendremos que recordar la situación en la que quedó la primera entrega para situarnos, porque aunque existen algunos capítulos dedicados al pasado estos no sirven para recordar hechos conocidos, si no que sirven para descubrir nuevos aspectos de la vida de Çeda de los que no teníamos noticia o que no habían quedado clarificados con anterioridad.
La presentación de nuevos personajes y la evolución de los que ya conocíamos se hace de forma paulativa, una labor muy bien realizada por el autor, que consigue desplegar ante nosotros muchos personajes que son perfectamente distinguibles entre ellos, cada uno con una voz propia y diferenciada.
La magia, omnipresente en la novela, sigue siendo un misterio. Especialmente importante es la irrupción de la magia de sangre, que se vislumbraba en Twelve Kings, pero que aquí llega para cambiar las normas del juego. Este desarrollo de la magia y de otros elementos del worldbuilding consigue hacer creíble la historia. Estas novedades compensan la cierta pérdida de frescura típica de una segunda novela.
Las maquinaciones y las intrigas políticas siguen siendo la fuerza motor de la historia, y las diversas situaciones van creando extraños compañeros de cama (y nunca mejor dicho).
Por si todavía tenéis dudas sobre si leer a este autor, mañana tendréis una buena oportunidad con el concurso que tenemos preparado Bradley y yo.