Buscando una lectura que se pudiera interrumpir en cualquier momento para retornar a otros proyectos compartidos, empecé Word puppets, de Mary Robinette Kowal. Lo he ido leyendo muy a salto de mata, quizá sin hacerle justicia a una autora como Kowal. No obstante, siempre volvía a ella, así que algo bueno tenía que tener.
“The Bound Man”
Buena forma de empezar la antología, con un relato ambientado en las sagas nórdicas pero con un toque de ciencia ficción.
“Chrysalis”
Aparecen bastantes buenas ideas en “Chrysalis”, y la autora consigue manejarlas con oficio. Una serie de cartas documentan el cambio de la fase larvaria a la fase adulta de una especie alienígena, pero el trasfondo del relato es la madurez de la documentalista que graba el proceso.
“Rampion”
Muy corto y bastante previsible esta “precuela” de Rapunzel.
“At the Edge of Dying”
Más previsible que los anteriores, me gusta el concepto de que la magia sea más poderosa conforme más cerca de la muerte se encuentre el mago, dando lugar a una espiral de violencia autoinfligida paraque los hechizos sean mejores. Lo demás me parece accesorio.
“Clockwork Chickadee”
Escrito con la fórmula de una fábula antigua, oculta una lección más profunda de lo que parece.
“Body Language”
Aunque leyera este relato sin saber quién es la autora, creo que se podría deducir que es Mary Robinette Kowal por la temática. Y es que tratar el tema de las marionetas con tanto conocimiento de causa no creo que esté al alcance de muchos escritores. Mezclado con una muy previsible investigación policial, no pasa de ser un relato anecdótico.
“Waiting for Rain”
Aparte de ser un elogio a la imprevisibilidad, la autora nos muestra lo que realmente fundamenta una relación amorosa. Emotivo.
“First Flight”
Entretenida historia con viajes en el tiempo y sus consecuencias, pero que no deja de ser algo ya visto muchas veces.
“Evil Robot Monkey”
Entiendo este cuento como una parábola de la discriminación social, pero me parece que se queda muy corto.
“The Consciousness Problem”
Curiosa esta historia sobre la identidad y la clonación. Me hubiera gustado verla más desarrollada.
“For Solo Cello, op. 12”
Me parece terrible el sacrificio que es capaz de hacer el protagonista por volver a ejercer su profesión. Difícil de creer pero muy emotivo.
“For Want of a Nail”
Marcheto con su buen ojo habitual ya me había permitido leer este relato ganador de un Hugo. De lo más recomendables de Word Puppets.
“The Shocking Affair of the Dutch Steamship Friesland”
Un pastiche holmesiano con una vuelta de tuerca que hace que los protagonistas no sean el famoso detective y Watson, aunque aparezcan en la historia. Me parece original el método empleado para el crimen que se nos relata.
“Salt of the Earth”
En un mundo claramente evocador de Dune, donde la escasez de sal (que no de agua) es la que limita la vida sucede una tragedia familiar. Me gusta la ambientación, me parece que podria dar mucho de sí.
“American Changeling”
Muy típica esta historia de hadas y sus enfrentamientos intestinos, aunque aderezada con la presencia de un híbrido capaz de tocar el hierro. Muy convencional.
“The White Phoenix Feather”
Divertido de tan tonto que es, se puede interpretar como una reflexión sobre los modales en la mesa aunque más bien es un simple entretenimiento.
“We Interrupt This Broadcast”
Esta historia y la siguiente están relacionadas. La idea de base es una historia alternativa donde la computación basada en tarjetas perforadas consigue avanzar de manera espectacular la carrera espacial. Pero “We Interrupt This Broadcast” es esencialmente pesimista con el futuro humano.
“Rockets Red”
Un espectáculo de fuegos artificiales en Marte sirve de escenario a una pequeña historia sobre soluciones imaginativas que proporcionan las madres, siempre alerta.
“The Lady Astronaut of Mars”
El mejor relato de la selección, una historia sobre la dualidad de la vida profesional y personal y las difíciles elecciones que hay que hacer al respecto.
En general esta colección de relatos me ha parecido bastante desigual, con algunos que destacan mucho sobre los demás y otros que me han parecido casi de relleno, aunque todos tienen algo de valía.
Hola 🙂 Para mi la señora Kowal es una desconocida, pero una de esas de las que siempre escuchas hablar. Tengo que probar ese relato de Marcheto (estoy empezando en el mundo de relatos, nunca me solían atraer hasta que leí a Tim Pratt hace poco). Admito que me encanta la portada, tiene algo especial. Un abrazo^^
Es cuestión de darle una oportunidad y gracias a Marcheto puedes darle dos.